viernes, 27 de septiembre de 2013

Rosaura a las diez de Marco Denevi por  MARÍA ALICIA DEMÁRSIC



Rosaura a las diez de Marco Denevi es una novela POLIFÓNICA es decir que múltiples voces arman la historia a través de sus relatos. Lo que quiso mostrar el autor a través de ella es que podemos conocer la verdad a medias -o parte de la verdad - según las ocasiones o relaciones que tengamos con los hechos.
 

Las intervenciones de los personajes aluden constantemente a un INTERLOCUTOR, es el inspector que está haciendo la investigación policial. A través de los testimonios, Julián Baigorri llegará a la verdad sobre la muerte de Rosaura. Podemos decir que Rosaura a las diez es un policial porque hay investigación sobre un crimen. Una investigación no tradicional en la literatura, los personajes son los que deducen y hacen conjeturas, no la policía.

1-La primera declaración es la de Milagros Ramoneda. Una inmigrante española, dueña de la hospedería LA MADRILEÑA ubicada en el barrio de Once. No hay que olvidarse que en ese momento (1955) había muchos españoles e italianos en Buenos Aires. Milagros tiene tres hijas: Matilde, Clotilde y Enilde, cuenta que es viuda. A través de su lenguaje nos damos cuenta de que es una persona exagerada y metida pero de buen corazón.
Milagros es la típica madre de familia que quiere dominar todas las situaciones, no deja hablar a los demás y da muchas cosas por supuestas. Su cultura es popular, se burla de los pintores modernos, por ejemplo. Mandonea a Camilo y lo menosprecia aunque dice quererlo, por eso nos preguntamos ¿le interesa Camilo o más le gusta el chisme que la hace salir de su vida rutinaria?

Por otra parte, en su léxico hay mucho refranero y términos del vocabulario porteño mezclado con el español.

Su relato se remonta a la llegada de Camilo a la hospedería doce años atrás. A través de los ojos de Milagros vemos a un hombre insignificante físicamente, con poco carácter, callado, generoso con las niñas que lo ven como un tío. Todo bien hasta que llega la primera carta de Rosaura. Milagros y Eufrasia Morales (Lagarto) se desesperan por conocer el contenido de esos sobres rosa y perfumados. Deben disimular hasta que un día uno de los sobres llega sin el destinatario. Las mujeres ven su oportunidad y leen la carta.

Bueno, no voy a contar la historia de la bella Rosaura cuyo padre le impide que se relaciones con Camilo porque ya la habrán leído. Como por casualidad la chica del retrato aparece un día en La Madrileña y apañada por Milagros y el resto de los hospedados, acaba casándose con Camilo para morir asesinada en su misma noche de bodas. Hasta ahí todos nos creímos la historia.

2- Después David Réguel cantará su salmo. En este texto es importante que tengan en cuenta que Réguel, joven estudioso y pedante por sus conocimientos (o los que él cree tener), basa su teoría de que Camilo es el criminal porque lo juzga por su aspecto físico. Sí, en criminología (que estudiaban los abogados) se consideraba que las características físicas de alguien se relacionaban con la predisposición que tenía para cometer delitos.

Vean que Réguel hace constantemente alusiones a la fealdad de Camilo. También se puede atribuir esta seguridad a que la “inocente” Rosaura en apariencia lo ha enamorado y está celoso. El media en una discusión entre los novios pero se cree una parte de la verdad. Después sabremos- por lo que señalará Eufrasia Morales- que ese día Camilo le estaba exigiendo Rosaura a que se marchara.

3-Camilo habla con el inspector de temas de arte, en un momento dice que ni siquiera él sabía que tenía esos conocimientos y opiniones. Este será un diálogo en el que conoceremos la voz de Julián Baigorri, si bien él no opina, saca la información con la que los lectores armaremos la historia. Bien en este interrogatorio policial Camilo “blanquea” que todo había sido invención suya, eran verdaderos el caserón de Belgrano y el viudo antipático, pero Rosaura no existía.

Camilo se inventó esta historia amorosa para sentirse reconocido, a través de las descripciones que hacen los demás sabemos que era un hombrecito insignificante con una autoestima muy baja. El detonante es que vio a Matilde, de la que estaba enamorado, besándose con Hernández, y ahí se puso a pensar por qué una mujer hermosa no podría quererlo a él.
 

Ni siquiera era un artista porque pintaba los retratos sobre fotos. Le dice a Baigorri que había pintado a Rosaura y que de casualidad una mujer igual se había presentado en la hospedería. ¿Lo creeremos? Camilo es el único que miente.

La historia se ve a completar con lo referido por Eufrasia Morales. Este relato está escrito en tercera persona, en eso se diferencia de los otros. Como esta maestra jubilada y solterona está atenta a la vida de los otros (en parte esta mujer causa pena, es grande y está sola). Eufrasia es testigo de que a la empleada doméstica, de la que Milagros ha dicho que es una mula renga, está enamorada de Camilo.

Gracias a la carta que le da Elsa, la mucama, al policía sabremos que Rosaura se llamaba María Correa, que había salido de la cárcel y se había hospedado en lo de una compañera que al comienzo la trató bien pero después le propuso trabajar en la calle. Al no querer hacerlo María escapó y sentada en el Once, sin tener a dónde ir se acordó de Camilo, un pobre diablo al que su tía (a la que va dirigida la carta) le planchaba las camisas. Por un tiempo había tenido relaciones pagas con Camilo y él tenía su foto. Por conveniencia ella irá a buscarlo, sin saber que él había ideado una historia amorosa.

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